Hay personas que al sufrir la pérdida de un
ser querido quedan traumatizadas y su reacción es de incomprensión, abriéndose
a un abismo de preguntas sin respuesta.
Relatar la amplitud y profundidad del espacio
que unía a una madre y a una hija, aunque sabido porque estaba ahí, no toma
dimensión hasta que ese espacio se mide por la ausencia de la madre. Y una
madre y una hija son un mundo con mayúsculas. Y acostumbrarse a ese vacío es todo un reto si se quiere seguir viviendo. En la ausencia de la
madre todo lo vivido con ella adquiere un nuevo sentido, nueva vida. Y es ahí
en donde profundiza la hija en querer comprender todo el espacio que llenaba su
madre.
A
Milena Busquets habría que hacerle desde ya un monumento, con su pequeña
obra (en número de páginas) se ha abierto en canal, se descubre al mundo con
sus defectos y sus virtudes. Es humana; fuerte, exigente, débil, y lo cuenta. Escribe desde el fondo, su
fondo, y lo muestra sin tapujos ni medias verdades. Y para eso hay que ser
valiente y escribir tan bien, tan bien, como ella lo hace.
La experiencia como lector nos enseña a
distinguir entre la escritura creativa de ficción y la que está escrita en
sangre propia, ésta lo está. Por eso hay que leerlo, porque todos los días no
se nos ponen al alcance de la mano libros así.
Su madre estará orgullosa allá en donde
esté, si tiene ocasión de leer el libro.
Juan González
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada